AMENAZADOS


No utilizar la opción «manos libres» en el interior del museo.

 

ETA ha sido la organización terrorista que ha tenido mayor capacidad de intimidación y, por tanto, la que ha generado más amenazados en España. A ello contribuyó también el entorno de la banda, que desplegó la violencia de persecución contra los representantes del Estado, desde policías a jueces, y contra los que pensaban diferente, ya fueran políticos, periodistas o intelectuales constitucionalistas. Las formas de violencia que padecieron incluían insultos, pintadas, palizas, ataques con cócteles molotov contra sus bienes y, en su extremo, atentados de ETA. Muchos tuvieron que exiliarse. Los que se quedaron se vieron obligados a adoptar medidas de autoprotección. Nos lo cuenta uno de ellos, el profesor José Manuel Susperregui.

José Manuel Susperregui. El inhibidor

«El inhibidor de frecuencias servía para anular el mando a distancia que los terroristas utilizaban para activar bombas. Yo lo utilizaba en las salidas y entradas de casa, del garaje y de la universidad. Era uno de los sistemas de seguridad, además de la pistola y el chaleco antibalas.

El terrorismo es miedo e incertidumbre permanente. Y cuando me levantaba para ir a la universidad no encendía ninguna luz que diera al exterior. Cambiaba el horario de salidas y bajaba las escaleras a oscuras. Abría la puerta con sigilo. Miraba por todos los lados y comenzaba mi trayecto hasta el garaje con el inhibidor conectado. Tenía que atravesar un puente. Y a veces, coincidía con un par de barrenderos muy afines a los terroristas. Las miradas los delataban, una mirada distante, pero insistente. Sus caras no se me olvidan. Y ahora, cuando miran, piden saludo.»