RESPUESTA SOCIAL: CARTELES


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La del terrorismo es una historia oscura, pero tiene también una parte luminosa. Es la de quienes dieron la cara, denunciaron públicamente los asesinatos y las amenazas, y, en definitiva, contribuyeron a movilizar a una parte de la sociedad. Hablamos fundamentalmente del movimiento pacifista y cívico, encarnado en asociaciones como Gesto por la Paz, Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1993, o como Basta Ya, Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia en el año 2000.

En ocasiones artistas reconocidos colaboraban con alguna campaña pacifista. Es el caso del cartel de Jorge Oteiza, pintado con los colores rojo, blanco y negro de la bandera nazi, con el que denunció el asesinato por ETA de Dolores González Catarain, Yoyes. Un pistolero le disparó en presencia de su hijo de tres años. Fue un crimen ejemplarizante: Yoyes había sido dirigente de la banda y sus antiguos compañeros no le perdonaron su decisión de regresar a casa.

También está el caso de otro artista, Juan Carlos Eguillor, que regaló a Gesto por la Paz estas viñetas que llaman a la no violencia y al respeto a las instituciones democráticas. Pero la mayoría de las ocasiones eran ciudadanos anónimos los que hacían y colocaban carteles, por ejemplo, para llamar a una concentración silenciosa después de que el terrorismo hubiese causado una nueva víctima mortal.