FINAL


No utilizar la opción «manos libres» en el interior del museo.

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En la película Sin perdón el personaje encarnado por Clint Eastwood dice que al matar a alguien “le quitas todo lo que tiene y todo lo que podría tener”. El filósofo Manuel Reyes Mate lo resumió de un modo similar: “es mucho lo que muere cuando se mata”.

Los vídeos familiares de las víctimas nos interpelan porque muestran la vida cotidiana antes de sufrir un atentado. Nos vemos reconocidos en los gestos, en las bodas, en el nacimiento de un hijo, en una excursión, en la práctica de un hobby, en las reuniones con los amigos o en los logros profesionales.

Esos vídeos también nos hablan de la ausencia sobrevenida. Las víctimas del terrorismo tenían una vida que quedó truncada, no por culpa de un accidente, sino porque alguien se la quiso quitar. Nosotros pudimos haber estado en su lugar. Por eso, como dijo Primo Levi, “pensar en lo que pasó es deber de todos”.

Lejos de dar todas las respuestas, esta exposición es una invitación a reflexionar en torno a tres grandes preguntas: primero, ¿cómo pudo ocurrir? Segundo, ¿qué habría hecho yo en esas circunstancias? Y tercero, ¿qué puedo hacer para que no se repita?